La pérdida del embarazo se refiere a la pérdida de un feto en cualquier momento durante el embarazo. Aproximadamente el 50% de todos los embarazos terminan en una pérdida. La mayoría de las pérdidas ocurren en el primer trimestre y, para muchas mujeres, la pérdida puede haber sucedido tan temprano que ni siquiera eran conscientes de que estaban embarazadas. La incidencia de la pérdida del embarazo disminuye significativamente después del primer trimestre. Las pérdidas del embarazo generalmente se clasifican en una de las siguientes categorías:

Existen varios tipos diferentes de pérdida precoz del embarazo que se producen durante el primer trimestre, entre ellos:

La pérdida del embarazo que ocurre en el primer trimestre suele deberse a anomalías genéticas que ocurren cuando el óvulo y el espermatozoide se unen para crear un embrión. Cuando el cuerpo reconoce que la composición genética del feto es anormal e incompatible con la vida, se produce un aborto espontáneo. La pérdida del embarazo también puede ocurrir en el segundo y tercer trimestre. Algunas de las causas de estas pérdidas posteriores incluyen infección intrauterina, apertura prematura del cuello uterino, diabetes o presión arterial alta no controladas, exposición a sustancias tóxicas o productos químicos y lesiones o traumatismos, por nombrar solo algunas.

En el primer trimestre, la pérdida del embarazo se puede tratar de manera expectante, médica o quirúrgica. La conducta expectante se refiere a esperar a que el embarazo pase por sí solo. La mayoría de los embarazos pasan por sí solos dentro de las 2 semanas posteriores a la pérdida. El tratamiento médico se refiere al uso de medicamentos para inducir las contracciones uterinas y permitir que el embarazo pase. El tratamiento quirúrgico se refiere a un procedimiento de dilatación y legrado (D&C) en el que se extrae tejido del embarazo del útero; este procedimiento se puede realizar en el consultorio o en el quirófano. Cuando la pérdida del embarazo ocurre en el segundo trimestre, generalmente se recomienda un procedimiento de dilatación y evacuación (D&E) o la inducción del parto. En el tercer trimestre, la pérdida del embarazo implica la admisión al hospital para una inducción del parto.

Si bien se pueden tomar algunas medidas para minimizar el riesgo de aborto espontáneo (controlar la diabetes, tomar vitaminas prenatales, evitar el alcohol, el tabaco y las drogas, limitar la cafeína), la mayoría de las pérdidas de embarazo en el primer trimestre no se pueden prevenir. De hecho, son una señal de que el cuerpo está haciendo lo correcto, pero reconoce un embarazo anormal y lo detiene antes de que avance demasiado. Ciertas pérdidas en el segundo trimestre, como las relacionadas con la insuficiencia cervical, se pueden prevenir con un cerclaje (un punto que se coloca en el cuello uterino para agregar fuerza y evitar que se abra demasiado pronto). En raras ocasiones (1 %), se produce una pérdida recurrente del embarazo, definida como tener 3 o más abortos espontáneos seguidos. A veces se pueden realizar pruebas para intentar identificar una causa de pérdida recurrente del embarazo y, si se encuentra una causa, puede haber opciones para minimizar este riesgo en el futuro. Sin embargo, para muchas mujeres, no se puede identificar una causa de pérdida del embarazo.

El término “bebé arcoíris” se ha vuelto tan común debido a que la pérdida del embarazo es muy común. Y la buena noticia es que, si bien el 50 % de los embarazos terminan en pérdida, sufrir una pérdida no aumenta el riesgo de tener otro. La mayoría de las mujeres logran tener embarazos exitosos después de una pérdida temprana del embarazo. En Alliance Obstetrics & Gynecology Group, enfatizamos la importancia de mantener una buena salud antes y durante el embarazo.

La pérdida de un bebé en cualquier momento del embarazo puede ser devastadora. Puede experimentar tristeza, ansiedad y conmoción, pero no tiene por qué pasar por esto sola. Si está experimentando sentimientos de dolor abrumador, es importante que lo hable con su médico. Podemos ayudarla a encontrar recursos y grupos de apoyo que puedan ayudarla después de la pérdida del embarazo.