La prueba de Papanicolaou es una prueba de detección del cáncer de cuello uterino. Se realiza colocando un espéculo en la vagina y utilizando una pequeña espátula o cepillo para recolectar una muestra de células del cuello uterino. Estas células se envían a un patólogo para que las examine bajo un microscopio y determine si son normales o anormales. Las células se vuelven anormales si están infectadas por el virus del papiloma humano (VPH). Los resultados suelen tardar una semana en obtenerse.

La prueba de Papanicolaou comienza a los 21 años y continúa durante toda la vida de la mujer hasta los 65 años. Las pruebas posteriores dependen de los resultados de la última prueba de Papanicolaou o de si tiene ciertos factores de riesgo. Entre los 21 y los 29 años, solo se evalúan las células. A partir de los 30 años, la prueba de Papanicolaou puede combinarse con una prueba de VPH. Independientemente de su necesidad de una prueba de Papanicolaou, se recomiendan exámenes pélvicos anuales en su visita anual de bienestar.

Después de una histerectomía total (extirpación quirúrgica del útero y el cuello uterino), ya no es necesario realizar pruebas de Papanicolaou siempre que el motivo de la histerectomía haya sido una afección benigna (no cancerosa). Si la histerectomía se realizó por una afección precancerosa o cancerosa del cuello uterino, se recomienda continuar realizándose pruebas de Papanicolaou. Las mujeres pueden dejar de realizarse pruebas de Papanicolaou de rutina a los 65 años si sus pruebas anteriores para detectar cáncer de cuello uterino dieron resultados negativos.

El virus del papiloma humano (VPH) es un virus que se transmite a través del sexo vaginal, anal u oral. Es la infección de transmisión sexual más común en el mundo. Más del 80% de las mujeres estarán expuestas al VPH en algún momento de su vida.

Actualmente no existe tratamiento para el VPH. La mayoría de las infecciones por VPH se eliminan de forma natural por el sistema inmunológico del cuerpo en 1 o 2 años. En algunas personas, una vez que se ha eliminado la infección, el VPH permanece latente en el cuerpo y regresa más adelante en la vida. Una vez que el sistema inmunológico elimina una infección por VPH, la persona generalmente desarrolla inmunidad a esa cepa. La vacunación con la vacuna contra el VPH antes de iniciar la actividad sexual ofrece la mejor posibilidad de prevenir la infección por VPH.

Si el resultado de la prueba de Papanicolaou es anormal o positivo para el VPH, su médico se comunicará con usted para analizar el siguiente paso. El tratamiento depende de su edad, el tipo de células anormales que se encuentren en el cuello uterino y su estado de VPH. Lo más común es que su médico le recomiende repetir la prueba de Papanicolaou al año o que se realice una colposcopia.

La colposcopia es un procedimiento que se realiza en el consultorio y en el que se examina el cuello uterino con un microscopio especial llamado colposcopio. El objetivo de la colposcopia es identificar cualquier anomalía en el cuello uterino, la vagina o la vulva.

No es posible saber cuándo una persona contrajo una infección por VPH. Las mujeres que dan positivo en la prueba del VPH podrían haberse infectado recientemente a través de una pareja nueva o actual, o podrían dar positivo a partir de una infección persistente que estaba latente y se reactivó. Un resultado positivo también puede ocurrir después de eliminar el virus del VPH y puede representar la exposición a una nueva cepa del VPH que la mujer no tenía antes.

Es posible. La mayoría de las personas contraen el VPH en algún momento y nunca saben que el virus estaba presente en sus células genitales. Si una persona tiene verrugas genitales causadas por el VPH, existe un riesgo elevado de infectar a su pareja hasta que desaparezcan las verrugas.

Si bien el VPH es común, el cáncer de cuello uterino es extremadamente raro y se puede prevenir. Las células anormales se clasifican como leves, moderadas o graves. Si se detecta VPH de alto riesgo durante la prueba de detección, se le hará un seguimiento minucioso mientras el virus permanezca. En la mayoría de los casos, el sistema inmunológico eliminará el virus. Si es necesario, se pueden tratar las células persistentes o gravemente anormales para evitar que se conviertan en células cancerosas.